Cada persona se maneja de forma diferente durante este proceso de aislamiento social y ya es normal ver cientos de publicaciones sobre cómo manejarse durante este proceso y no morir en el intento.
Sin embargo, también hay un grupo de personas que no están buscando cómo “sobrevivir” este aislamiento si no, que están no solo manejándose de forma excelente pero también sobresaliendo en lo que están haciendo.
Si este es tu caso, te dejo saber desde ahora que no hay nada malo contigo. Puede ser que, por alguna razón u otra, has tenido que vivir en modo de supervivencia desde temprana edad o que tu ansiedad te ayuda a actuar y finalmente puedes emprender. Hay personas que ahora pueden crear listas, organizarse, limpiar y trabajar sin horarios, a veces en extremos. En este momento muchos estamos pensando “Ahora el mundo entiende cómo me he sentido durante toda mi vida”.
Para algunas personas, su ansiedad es como combustible y no como un freno.
Aún cuando le estás sacando provecho a esta situación, puede también traer sentimientos de soledad. ¿Cómo puedes permitirte el estar bien si todo el mundo está mal? ¿Cómo puedes permitirte el disfrutar tus logros si tantas personas están luchando? No es una situación fácil, y debemos de mostrar compasión hacia un mundo que actualmente está luchando y pasando por muchas situaciones. A la vez, tenemos el derecho de poder disfrutar de todas las emociones en este momento, no solo lo negativo.
Comparto contigo estas pequeñas observaciones para poder manejar esta experiencia:
- Encuentra espacios para compartir tus logros: Ya sea con tu familia, tus amistades, un diario, un colega, etc. También hay muchas comunidades online en las cuales puedes encontrar apoyo y tu experiencia puede llegar a ser de inspiración y ayuda para otras personas.
- Comunica claramente que deseas compartir algo bueno y cómo quisieras manejarlo: Puedes hacerlo de una forma sencilla “Hola XX, hoy me fue súper bien en una reunión y quisiera hablar con alguien sobre lo bien que se sintió. ¿Puedo hablarlo contigo?”. Claro, esto siempre dándole espacio a la otra persona de decir “no” en caso de que no pueda.
- En estos momentos de claridad y productividad, busca oportunidades de ayudar: Las ayudas pueden ser de muchas formas, puedes escribirle a una amistad para saber cómo anda, corregirle la gramática de un ensayo a un amigo que está tomando clases, creando contenido en las redes sociales enseñando cómo manejar un tema o recursos que ya existen, etc. Tu energía de la ansiedad puede ayudar a crear esperanza.
- Crea espacios de valorarte fuera del hacer: Aún cuando el lograr cosas puede sentirse “adictivo”, también es importante el recordar que tu valor como persona no cambia independientemente de que hagas “mucho” o “poco”. Crea espacios de bienestar, implementa mindfulness en tu rutina, disfruta los espacios de ocio. Que tu “hacer” no se transforme en tu identidad. De esta forma, cuando salgamos de esta situación, puedas hacerte consciente y tomar iniciativa en crear espacios de bienestar en tu vida.
La forma en la que enfrentamos situaciones difíciles no siempre se ve igual para cada persona, o hasta puede variar a lo largo de tu vida.
Estas formas de afrontamiento buscan protegerte y cuidarte, y aún cuando siempre podemos mejorarlas, lo importante es siempre tener una posición de curiosidad y compasión hacia las mismas.
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