En mi blog hablo mucho sobre las relaciones tóxicas de pareja. Sin embargo, hay amistades que pudiesen también resultar tóxicas por las dinámicas que contienen. Este tipo de amistades generalmente impactan nuestra autoestima y nos hacen sentir que algo injusto está ocurriendo. A la vez, nos hacen sentir que es nuestra culpa. En esta entrada, quiero hablar por qué ocurren este tipo de amistades, y qué podemos hacer si nos encontramos en una.
Las relaciones de amistad tóxicas son aquellas en donde una de las partes busca beneficiarse, y a cambio, disminuye, menosprecia o hiere a la otra persona consistentemente. La amistad se siente desbalanceada, y como si es la responsabilidad de solo una de las partes el mantenerla. Alguna de las conductas que se ven en este tipo de amistades son las siguientes:
- Esta persona solo te contacta cuando necesita algo de ti, o según su conveniencia.
- No hay respeto de tus límites.
- La amistad se siente como una competencia, la otra persona no te permite tener un momento de reconocimiento, sino que busca siempre ser el centro de la atención.
- Tienes miedo de que si confrontas a la persona, te abandonará e intentará dañar tu relación con otras personas en tu vida.
- Esta persona te critica, disminuye, o insulta a lo largo de las interacciones. Esto puede ser de forma “sutil” (por ejemplo: consistentemente criticar tu peso, o la ropa que utilizas), a formas más evidentes como utilizar palabras obscenas durante discusiones.
A la vez, es importante el reconocer que la amistad no siempre se siente así.
Las amistades, aún cuando pueden tener elementos tóxicos, no siempre son del todo negativas. Las mismas deben de aportar algo en nuestra vida por lo cual deseamos mantenerlas. Puede ser que esta persona, en algún momento de nuestra vida, nos apoyó con una situación y un proyecto muy importante. También puede ser que la amistad comenzó de forma saludable y fue cambiando con el tiempo, esta lealtad a la nostalgia puede ser lo que nos mantenga en esta relación. Otro caso que puede darse es el de que hay momentos de diversión que surjan con esta persona. Hay personas que, al ser el centro de atención, crean un ambiente divertido y lleno de adrenalina; y a veces puede que representen la vida que queremos y por esto nos mantenemos cerca. Por último, podemos mantener a una persona a nuestro lado porque tenemos miedo de lo que les puede pasar si no estamos a su lado, podemos crear un sentido de responsabilidad sobre el bienestar de la otra persona y por eso no nos atrevemos a dejarle.
Las amistades son relaciones valiosísimas, muchas personas dirían que lo son aún más que las parejas. Por lo tanto, no es tan fácil el dejarlas como pudiésemos creer.
Habiendo dicho esto, también te invito a pensar que tu bienestar es una prioridad, y que las amistades deben de ayudar a desarrollarlo y no a disminuirlo. Te voy a compartir algunas cosas que puedes tener en mente a la hora de manejar una relación de amistad tóxica:
- Evaluar cómo está el balance entre el dar y el recibir en la amistad. ¿Encuentras que la otra persona invierte en la amistad al igual que tú? Claro, siempre hay diferencias en cómo las personas dan de si en las relaciones. Hay algunas personas que les es más fácil el comunicarse que otras, como hay aquellas que les resulta más fácil el recordarse de los cumpleaños y fechas importantes. Estas diferencias son normales, y hasta necesarias para ayudar al crecimiento de las relaciones. Sin embargo, si entiendes que solamente eres la persona que da y la que muy pocas veces recibes, es una invitación a reflexionar sobre el estado de la amistad.
- Observa cómo se manejan los límites y las críticas constructivas en la relación. Estas conversaciones no siempre son fáciles de tener, pero la forma en la que se manejan puede decir mucho sobre la relación. Si sientes que no puedes hablar sobre lo que te ocurre, o que la persona te va a “castigar” o dejar por estas conversaciones o límites; entonces pudieses reflexionar sobre cómo te impacta este tipo de dinámica.
- Reconoce lo que puedes controlar y lo que no. Hay momentos en donde quisieras que la otra persona cambiara, o que no tuvieses que poner límites en la amistad. No obstante, este deseo de controlar, pude mantenerte en amistades que ya no te benefician. Lo que puedes controlar son tus límites y lo que deseas para tu vida. Y aún cuando tus emociones y reacciones no siempre están bajo tu control, puedes aprender a entenderlas y cuidarte de la forma que necesites y te cree bienestar.
- Invierte en las otras relaciones en tu vida que si te aportan, y dale la oportunidad a nuevas amistades. En vez de solo enfocarte en lo que no tenemos, puedes darte la oportunidad de prestar atención a lo que ya te rodea. Permítete escribir una lista de las personas que te aprecian, y crea espacio para conectar más con ellas. También puedes darte la oportunidad de conocer nuevas comunidades. La virtualidad ha abierto una puerta para un montón de grupos de apoyo, clubes de lecturas, clases virtuales y comunidades que pueden ser parte de nuestra red de apoyo.
Hay muchos elementos que pueden hacer que una amistad sea tóxica, cada caso es particular y tiene su propia historia de por qué se da esta dinámica.
Si ya nos hemos dado la oportunidad de intentar mejorar la situación, y nada ha cambiado, entonces pudiese ser el momento de considerar cuál es el siguiente paso hacia nuestro bienestar. Cada proceso es diferente, y es normal el experimentar un duelo por una amistad que termina. A la vez, es una oportunidad de fortalecer otras relaciones a tu alrededor, y reparar la relación que tienes con tu propia persona. Tu bienestar siempre viene primero, y mereces tener amistades que te apoyen mientras lo creas una vida que apoye tu autenticidad y felicidad.
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